Por qué tus proyectos de conservación no despegan: El caos de las celdas combinadas en Excel que todos conocemos
Juan Felipe Romero
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Por qué tus proyectos de conservación no despegan: El caos de las celdas combinadas en Excel que todos conocemos

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Recuerdo vívidamente la primera vez que un cliente me entregó una base de datos para un proyecto de restauración en los Andes: un Excel con celdas combinadas por doquier, columnas fusionadas para "resaltar" secciones y fórmulas frágiles. "Es lo que usamos en la oficina", dijo con naturalidad.

Y lo es. Todos hemos recibido archivos así de compañeros o clientes —descripciones narrativas mezcladas con coordenadas GPS, notas de campo fundidas en una celda gigante. En conservación, esto no es un simple fastidio; es un sabotaje a nuestras visiones más ambiciosas.


El costo invisible del desorden

Por más brillantes que sean las ideas de un planificador —corredores biológicos que empoderen comunidades, o negocios verdes que hagan de la biodiversidad una aliada—, no despegarán sin una base sólida de datos estructurados.

Estos son el escenario para conocer el territorio de verdad: biofísico, socioeconómico, cultural. Sin ellos, tomamos decisiones intuitivas, no sostenibles —ignorando microclimas en laderas o capital comunitario en la Curva de Capacidad. Es como restaurar un bosque sin muestreo estratificado: bien intencionado, pero ineficaz.

Para ilustrar, aquí una comparación simple con datos reales de mis proyectos: éxito de restauración entre datos caóticos y estructurados. La diferencia es clara —y transformadora.

Comparación de éxito con datos caóticos vs estructurados

Pasamos de un 45% de supervivencia —con mortalidad alta por asignaciones erróneas de especies a condiciones inadecuadas— a 82% al estratificar correctamente y predecir con machine learning.

Datos limpios revelan patrones cruciales: especies óptimas por estrato topográfico, absorción de CO₂ por tipo de cobertura, y rutas de dispersión de fauna. Sin estructura, todo eso permanece invisible.


Del caos a la ceguera: La gasolina de la insostenibilidad

Aquí está el verdadero problema: cuando tus datos son un caos de celdas combinadas, columnas fusionadas y formatos inconsistentes, no solo pierdes tiempo limpiándolos. Pierdes la capacidad de ver.

Los patrones quedan enterrados. Esas correlaciones entre topografía y supervivencia de especies, la relación entre proximidad a fragmentos de bosque y regeneración natural, los microclimas que determinan el éxito de una plantación —todo eso permanece invisible, mudo, inaccesible.

Y cuando no puedes ver los patrones, llega algo mucho peor que la ineficiencia: llega el desconocimiento y, con él, la frustración.

La frustración que alimenta malas decisiones

He visto este ciclo demasiadas veces. Un equipo brillante, con las mejores intenciones, invierte meses en campo recopilando datos de biodiversidad, registros de parcelas, inventarios forestales. Luego, al intentar analizarlos para tomar decisiones, se enfrentan a un muro: el Excel no responde, las fórmulas se rompen, no pueden filtrar ni graficar nada coherente.

La frustración crece. Los plazos aprietan. Y entonces ocurre lo inevitable: se toman decisiones a ciegas.

  • Se planta la misma especie en todas las laderas porque "funcionó antes" (aunque no tienes datos que lo respalden).
  • Se ignora la capacidad real de la comunidad local porque no pudiste cruzar variables socioeconómicas con resultados previos.
  • Se diseñan estrategias de restauración genéricas, sin considerar la heterogeneidad del territorio que tus propios datos intentaban revelar.

Esta es la gasolina de la insostenibilidad: decisiones basadas en intuición, en urgencia, en desesperación —no en evidencia. Y el resultado es predecible: altas tasas de mortalidad, proyectos que no escalan, inversiones que se evaporan, comunidades desilusionadas.

La verdadera pérdida

Lo trágico no es solo el fracaso de un proyecto. Es que la información estaba ahí. Los datos que pudieron prevenir esos errores ya habían sido recopilados, con esfuerzo, con recursos, a veces con años de trabajo en campo.

Pero estaban atrapados en un formato que los hacía inútiles.


SÍNTESIS: NO USES CELDAS COMBINADAS

Son el enemigo silencioso: roban la posibilidad de filtrar, ordenar, graficar y modelar. Siempre columnas separadas —tus proyectos volarán.

El problema no es la herramienta (Excel puede ser poderosa), sino cómo la usamos. Las celdas combinadas son diseño visual, no estructura de datos. Y en conservación, necesitamos estructura, no apariencia.


Reflexión: Datos como raíces sostenibles

En conservación, plantar árboles o medir emisiones de carbono es clave, pero sin datos estructurados, incluso el líder más apasionado tropieza.

Los datos son esa base que permite decisiones perdurables —sostenibles porque honran límites reales del territorio, como aprendimos al entender la sostenibilidad desde la ecología. Son el fundamento para que negocios verdes prosperen, para que las comunidades avancen en su curva de capacidad, y para que cada árbol plantado tenga la mayor probabilidad de prosperar.

Elige un dataset pequeño hoy, normalízalo siguiendo estos pasos, y ve cómo tus ideas conectan comunidades con paisajes.

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Juan Felipe Romero

Ecólogo

Soy ecólogo con posgrado en Administración Ambiental de Zonas Costeras y Máster en Restauración Ecológica, con más de 16 años de experiencia en planificación, gestión y consultoría ambiental.

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